Del capitalismo financiero al cognitivo digital

Del capitalismo financiero al cognitivo digital

Tiempo de lectura: 4 minutos

El relevo del capital por el trabajo (conocimiento)

En correspondencia con mi artículo anterior acerca de la era de los bytes que marca desde ya el Siglo XXI, creo pertinente complementar el planteamiento allí expuesto con la reflexión del régimen socio productivo que soportará la vida digital, el cual si bien seguirá siendo, por ahora, predominantemente capitalista en el sentido de que la mayor parte de la riqueza se generará bajo la responsabilidad del sector privado, con su institución sacrosanta de la propiedad privada, lo cierto es que es notorio que el capitalismo del Siglo XXI cada vez se asemeja menos al capitalismo industrial y aun cuando siguen estando presente los rasgos del capitalismo financiero, las crisis del 2008 (Gran Recesión) y 2020 (Pandemia COVID-19) están dejando ver algunas manifestaciones que indican que el capitalismo busca nuevas dinámicas para continuar ejerciendo su hegemonía planetaria.

La Revolución Industrial, como tantas veces ha sido recalcado, permitió la combinación no siempre armoniosa social y políticamente entre el capital y el trabajo. Desde 1750, por acotar un inicio, hasta los años setenta del Siglo XX, el predominio del capital sobre el trabajo fue evidente, y a pesar de que ello no resolvió el problema de la pobreza, algo que viene de herencia de los regímenes pre capitalistas, generó riqueza con desigualdad creciente entre países y aun dentro de los países. Gracias al petróleo y su enorme diferencia entre el valor de usos y el valor de cambio, se alimentó el crecimiento económico permitiendo la generación y acumulación de ganancias hasta que la convergencia de varias crisis, la de Bretton Woods (1971) y las guerras del petróleo (1973, 1979) entre ellas, dieron fin al capitalismo basado en la manufactura.

Desde entonces el capital optó por refugiarse cada vez más en la especulación financiera, dando lugar a lo que se denomina la financiarización de la economía, bajo cuyas reglas se obtienen más ganancia explotando al propio capital que al trabajo, lanzando a este a producir con salarios cada vez más bajos para poder competir en una globalización asimétrica.

La larga agonía de la financiarización

A la hegemonía de la financiarización de la economía le han salido dos desafíos, uno sobrevenido, el COVID 19, y otro incubado dentro de la capacidad de innovación que siempre ha exhibido con particular exuberancia el sistema basada en la propiedad privada: la revolución digital. Ambos se han unido para acelerar el encumbramiento de la economía digital. Ya en el 2021, en el segundo año de la pandemia, es observable como algunas secuelas del COVID dejarán profundas consecuencias en la composición económica de casi todos los países. El turismo y con ello los viajes internacionales tendrán nuevas dinámicas y ellas arrastrarán a otros sectores como la de construcción de hoteles, la industria de la restauración, etc., sin mencionar los efectos más directos en la educación y en la salud. Hasta los patrones de urbanización, y por ende la industria inmobiliaria, ya no seguirá las mismas pautas de la era pre digital y pre COVID.

Al lado del refugio de los inversores en el Bitcoin y en el oro, señal inequívoca de la financiarización, se anuncia en estos días el repunte de los precios de las materias primas estimulados por el crecimiento económico de China, último bastión de la economía manufacturera, responsable de reaprovisionar las cadenas de suministro. Estamos, pues, en plena transición de una economía basada en las finanzas a una en la cual la producción digital, con la Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, etc. estará progresivamente soportando la generación de riqueza.

En esta producción digital, de nuevo el factor capital, representado en tecnología, dominará con holgura al factor trabajo y la contención de esta hegemonía descansará en la fortaleza del Estado para evitar un desmadre de un capitalismo desregulado. La precarización del trabajo por la deslocalización industrial sufrida por EEUU y otros países ha dejado huella en la polarización social y política presente en esos países, algo que se creía exclusivo del Tercer Mundo.

Salud y Educación más que desregulación financiera: roles del Estado

Salud y Educación serán las responsabilidades básicas para el Estado en el capitalismo digital. Así como el Estado Liberal permitió la desregulación de los mercados, que estimuló la financiarización de la economía, hoy el Estado Post Covid tendrá que reasumir funciones descuidadas para darle el soporte que necesita la economía digital. Estas funciones no necesariamente serán la de proveedor de los servicios sino también de regulador y estimulador de la provisión privada.

La economía industrial enfrentó el desafío del acople del hombre a las estrambóticas maquinas en los albores de la Revolución Industrial, hoy es el acople del hombre con las posibilidades de la era digital, que demanda conocimientos por lo que el principal desafió del Siglo XXI es el reentrenamiento de la fuerza laboral y la preparación en la escuela y en la Universidad del trabajador, no del futuro, sino el requerido en el presente. El futuro está aquí, para mañana es tarde y todos debemos ir a la escuela de nuevo, pero a una escuela distinta. El revolcón es inmenso para todos y todas.

Es relativamente fácil juzgar a posteriori el inmenso esfuerzo que hubo de hacerse para convertir a campesinos agricultores en obreros urbanos, exigiéndose pocos conocimientos para operar máquinas. Lo que se requería eran las manos de los obreros, no sus conocimientos, ni siquiera se pedía que hablaran un idioma común. Hoy, la digitalización de la producción de bienes y servicios exige nuevas competencias que solo se adquieren con una educación basada en conocimientos. El desafío educativo es inmenso y habrá que contar tanto con el Estado como con el sector privado para recuperar la economía. Hay fuertes indicios que contingencias como el COVID no se descartan en el futuro (Perez Ortega, R. (2020). Ancient viruses found in Tibetan glacier. Science. https://www.sciencemag.org/news/2020/01/ancient‐viruses‐found‐tibetan‐glacier).

REFERENCIAS:

El reinicio del Siglo XXI. Ramón Rosales. Catalejo Virtual Enero 2021 https://catalejovirtual.com/el-reinicio-del-siglo-xxi/

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