Edición Nº 14 – Las diferencias como fuente para el crecimiento humano

Edición Nº 14 – Las diferencias como fuente para el crecimiento humano

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«La contradicción no paraliza, sino dinamiza«

Atribuible al pensamiento de Heráclito de Éfeso (480 a.c)

En un mundo de diversidad y matices, cada paso en nuestro camino y su correspondiente mirada alrededor, nos brinda contrastes armoniosos y también desgarradores. Pero estas diferencias al fin y al cabo, son elementos dinamizadores de las sociedades en su crecimiento y evolución.

El ser humano y su natural tendencia a ser gregario, siempre ha buscado pertenecer socialmente a un grupo que le cobije y le brinde seguridad, primero para sobrevivir a las amenazas presentes del entorno y luego, con el paso de los años y generaciones, afiliándose según condiciones, ideales, principios o tendencias con los cuales se sienta identificado, adquiriendo compromiso y fidelidad.

De lo anterior se pueden diferenciar las afiliaciones como las familiares, las políticas, las religiosas y también, con una alta resonancia en su fuerza social actual, las denominadas de diversidad de género o sexual.

Todas estas alternativas de asociación representan diferencias que los caracterizan al menos en visión, estructura y accionar, brindando nuevamente a cada persona la posibilidad para que durante su trayecto de vida, seleccione y se coloque ¨el uniforme del equipo¨ que más le guste y donde sienta mayor beneficio, conveniencia o deseo de participar.

La diversidad es normal y forma parte de la vida, pero es el respeto y la consideración con relación al resto, el desafío principal tanto para los individuos dentro de cualquiera de las agrupaciones donde participe, así como por estas mismas que parecieran tomar vida proveniente del agregado colectivo que lo conforman.

Este principio aplica en todos los escenarios, partiendo de los legales previstos para que puedan funcionar las sociedades con normas equilibradas, los éticos y morales que vienen de visiones más estrictas de la esencia humana y por supuesto las funcionales, las cuales son prácticas de forma y uso cotidiano, permitiendo que las cosas ocurran. En cada caso, el reto de mantener y reconocer a los que tienen la ¨camiseta¨ de otro equipo, es lo que inclina hacia una evolución positiva y constructiva desde las diferencias.

El deporte por ejemplo y su noble base de crear confrontaciones controladas en base a una disciplina atlética, respeto unánime a las normas de competencia, cero tolerancia cuando alguien las transgrede y un marco normativo preestablecido para solventar controversias; sirvió por muchos años para sustituir y evitar conflictos armados entre grupos que tenían diferencias.

Estas diferencias bien encaminadas, impulsan aún en nuestros tiempos, a la mejora continua de cada grupo en lo físico, mental y estratégico; y más recientemente en la técnica, ingeniería, medicina e investigación científica diversa, para estar mejor preparado ante el desafío con los otros grupos.

Este saludo claro a las diferencias humanas, incluye a toda agrupación y tendencia que considere su accionar y exigencia de deberes, con respeto al derecho de los otros. El orgullo de cada ser humano debe alimentarse con el reconocimiento de todos con sus diferencias y decisiones, entendiendo indudablemente que pertenecemos a un conglomerado global cada vez más multicultural que exige integraciones, sinergias y aprovechamiento de capacidades.
Así, la evolución será más amplia y sobre todo, pacífica.

REFERENCIAS

Imagen gracias a Aaron Burden de Unsplash

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