Tiempo de lectura: 2 minutos
¨»No es posible la humanidad si no tenemos una nueva relación con la Madre Naturaleza¨»
Rigoberta Menchú Tum
Líder indígena guatemalteca, embajadora de buena voluntad de la UNESCO, ganadora del Premio Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Es posible que nunca antes hayan sido tan importantes dos grados (2 °) de diferencia en la medición de algo.
Si un arquitecto o ingeniero falla en los cálculos correspondientes a una edificación en particular, por mínima que sea, tendrá repercusiones en el resultado final del proyecto. Estas consecuencias pueden ser evidentes o no, crear o no dificultades económicas, trascender o no con algún daño a futuro, así como también arriesgar o no la vida de personas. Sin embargo, la responsabilidad profesional y ética de estos profesionales les demanda a ser estrictos en el desempeño de sus capacidades y realizar cada actividad con el compromiso de minimizar los potenciales errores.
Estamos viendo en diversas partes del mundo comportamientos climáticos afectados en frecuencia, magnitud y temporalidad. Inundaciones, olas de calor, sequías, huracanes, incendios forestales y otros que están comprometiendo de forma real y alarmante, las condiciones de vida de los ecosistemas y poniendo en alto riesgo la vida en el mundo tal cual lo conocemos hasta hoy.
Ya en el 2015 durante la COP21 celebrada en París, la mayoría de los países del mundo se comprometieron a «mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C». Sin embargo y lamentablemente, la temperatura del planeta ya aumentó 1,1 grados en promedio, según el informe de agosto del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio Climático- IPCC (por sus siglas en inglés)
En este inicio de noviembre cerca de 200 países se reunieron en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático-COP26 en la ciudad de Glasgow (Escocia) y las esperanzas por un entendimiento político de los líderes mundiales con respecto al tema del calentamiento global, nuevamente ha sido puesto a prueba.
El resultado deja un sabor agridulce porque si bien es cierto que algunas señales de intenciones y propósito saludan potenciales acciones positivas, la declaración final parece quedarse corta, porque además de no ser vinculante, la magnitud del problema y las consecuencia ya evidentes en los países más vulnerables a las consecuencias del cambio climático, demandan compromiso total, acciones inmediatas y la participación de todos sin excepción.
Haciendo la analogía con el fallo de cálculo del ingeniero o del arquitecto de la edificación, en este aspecto del cambio climático todos tenemos corresponsabilidad y posibilidad de aportar, por supuesto en diversas magnitudes, ante el necesario cuidado que nuestro planeta necesita. Debemos asimilar que a diferencia del ingeniero y del arquitecto en su edificio, el deshielo de los glaciares y las temperaturas a más de 50 °C en alguna zonas del mundo, nos indican que no hay marcha atrás en el impacto que se está creando en el clima, el ambiente y los ecosistemas.
Si deseamos dejar una buena herencia a las generaciones futuras, no se puede dilatar más la aplicación de los ajustes políticos, económicos, industriales y de consumo, que permitirán detener el daño y alargar la vida de cada ambiente con sus ecosistemas.
Los líderes mundiales se encuentran en el ojo del huracán, pero si ellos se equivocan, nosotros no podemos quedarnos de brazos cruzados.
REFERENCIAS
Imagen por Li-An Lim de Unsplash
MBA – IESA
Negocios Internacionales – IE
Business Consultant
Emprendedor