La generosidad, valor que cobra “valor” en nuestro ejercicio emprendedor

La generosidad, valor que cobra “valor” en nuestro ejercicio emprendedor

Tiempo de lectura: 4 minutos

Sandra Ximena Díaz Sánchez
sxdiazempreser@gmail.com.

Durante de mis ya veinticinco años como docente universitaria en temas de emprendimiento, y más de una década como intraemprendedora y empresaria, he considerado que el reto que implica la creación de una empresa y asegurar su sostenibilidad en el corto, mediano y largo plazo, es una combinación de la aplicación de las buenas prácticas para ejecutar un plan de negocios exitoso, el desarrollo de habilidades específicas para afrontar el reto de liderar iniciativas empresariales, y la dimensión axiológica o conjunto de valores que como individuos sustentan nuestras decisiones en la gestión de una aventura que tiene un significado socialmente más amplio del que la riqueza que se espera crear.

En mi actuación como educadora, ejecutiva y empresaria, he promulgado la necesidad de mantener en equilibrio estas tres dimensiones. Sin embargo, considero que precisamente en el hoy, con una condición tal vez como nunca lo ha vivido nuestra generación – una pandemia que no veíamos venir- y ni que técnica ni psicológica o sociológicamente estábamos preparados para enfrentar, la dimensión de los valores adquiere una mayor importancia para nosotros los emprendedores.

Muchos investigadores en el campo del empresarismo, han elaborado escalas de valores que incluyen los de carácter instrumental, que están relacionados con parámetros de comportamiento con los grupos de interés del ejercicio empresarial, y los terminales que reflejan lo que queremos alcanzar en nuestro proyecto de vida como empresarios (as)i .En dichas escalas se han encontrado bien posicionados valores como la valentía, la ambición, la tenacidad, la perseverancia, la integridad, el compromiso, la responsabilidad, la innovación, entre otros. No obstante, en pocas de estas escalas se señala la generosidad como un valor esencial del individuo; un valor que se entiende como esa facultad que tenemos de dar a otros, de forma honesta sin esperar que seamos compensados por estos actosii

Ahora bien, se podría decir, que, aunque la generosidad no se haya listado usualmente, en “los decálogos” de la ética del emprendedor(a), ésta se hace explícita y práctica con el enfoque de la responsabilidad social empresarial, como paradigma de sostenibilidad en el que sin duda creo, pero en este contexto, sigue habiendo un sentido de reciprocidad y de equilibrio. Se comparte el valor ganado con la expectativa de que el mercado y la sociedad en general, reconozca nuestro esfuerzo empresarial y por ende seamos una marca reputacionalmente apalancada, un sitio reconocido como excepcional para trabajar, una empresa apreciada por los proveedores e incluso por los competidores; todo lo cual, de alguna forma, se traduce en una forma de compensación.

Me refiero entonces, a la generosidad en un sentido que implica otras formas de desprendimiento, sobre las que invito a la reflexión, en especial por el contexto que estamos viviendo. La primera, motiva a desprendernos de nuestro sentimiento de incapacidad por no encontrar soluciones a este desafío al que nos vemos enfrentados; debemos ser generosos con nosotros mismos para percibirnos como vulnerables, como personas que tenemos temor ante las circunstancias, lo cual simplemente apalancará la fuerza vital para dar el siguiente paso. Demanda darse la posibilidad de que este espacio de estar en familia motivado por el aislamiento, no solo sea el tiempo que por fin tenemos dentro de nuestras agendas para resarcirnos con quienes hemos tal vez dejado en segundo plano por estar buscando “un mejor futuro para todos”, sino que sean ellos, nuestros hijos, nuestra pareja, la fuente de escucha y apoyo que necesitamos.

La segunda – también desde la perspectiva de nuestro ser interior – se refiere a desprendernos del carácter infalible de las fórmulas en los negocios; de retomar el estado de humildad como punto de partida. Es importante, darse la oportunidad de fortalecer nuestra dimensión espiritual, que, por fuerza de la racionalidad del quehacer empresarial, muchas veces hemos dejado a un lado, dando prioridad al forecast de la economía y a lo que los indicadores de gestión dicen que va a pasar por su sustento lógico. La fe y la esperanza, también caben en la ecuación; y no se trata de recurrir solo a la religión, aunque afianzar nuestras creencias en este campo es absolutamente válido, debo aclarar; se trata además, de rescatar nuestra capacidad de asombro a partir de ser conscientes de las condiciones que nos están haciendo cambiar como seres humanos, y que renovarán entre tantas perspectivas, el contexto de los negocios a partir de un sinnúmero de hechos que no habríamos imaginado y que nos sorprenderán positivamente, como nuevos caminos para resolver los problemas que hoy nos preocupan.

La tercera , invita a desprendernos de aquellos paradigmas que probablemente hemos acopiado de forma silenciosa frente a las necesidades de nuestros socios(as), como individuos; esto significa que nos demos la oportunidad de escuchar a quienes nos acompañan en la gesta empresarial, sobre lo que como personas – no solo como empresarios- han evolucionado, su nuevas expectativas , y como estas circunstancias pueden vislumbrar otros escenarios sobre los cuales hay que reflexionar, discutir y alinearse. Una alineación que requerirá de una nueva concertación consciente y aunada sobre lo que se apostará para el mañana, y que exigirá una nueva cesión de intereses personales, así como se hizo cuando se inició el negocio.

La cuarta, y no por este orden de abordaje es la menos importante, sino que considero requiere de haber avanzado en los tres anteriores. Es la respuesta al llamado que la sociedad hace a nosotros los (las) empresarios(as) a tomar decisiones en pro de la garantía de los puestos de trabajo, con la renuncia a las expectativas de utilidades para mantener el empleo; considerando de plano en esta decisión, que no es una inversión que retornará fácilmente. Puede que nunca sea recuperado desde el punto de vista económico, pero sin duda es tan inmensamente significante para quienes nos acompañan desde su labor diaria en el logro de los objetivos que nos fijamos.

¿Y en realidad la generosidad no tiene compensación? ¿Desprendernos no implica reciprocidad? Por definición se ha dicho que no; sin embargo, si se activa de forma maravillosa una consecuencia inesperada: la gratitud, un sentimiento tan poderoso que encauzará los esfuerzos colectivos y solidarios para recomponer un porvenir que como en otros momentos de la humanidad, en realidad será mejor.

i Tomado y adaptado de Isis (2013) http://diem5comportamientoorganizacional.blogspot.com/2013/03/valores-terminales-y-valores.html

ii Tomado y adaptado de Los Valores (S.F.) https://losvalores.org/que-es-la-generosidad/

Imagen: Crédito depositphotos.com

5 Comments
  1. Ivan G dice:

    Muy cierto y muy apropiado para esta situación que toca a todos, individuos y empresarios. Sin buscarla, la reconpensa de la generosidad es la satisfacción de haberlo hecho

  2. Profe muy buen articulo añado mi punto de vista a este escrito tan interesante.
    Respecto a las dimensiones de la generosidad a nivel de los emprendedores se hace muy necesario en esta dura situación que estamos pasando todos, porque la base de una sociedad desarrollada ademas de producir bienes y servicios es generar soluciones, las cuales se han quedado estancadas en el ámbito empresarial, debido a los últimos acontecimientos a nivel mundial, y se ha dejado a un lado el concepto de Innovación del que todos hablaban tanto, precisamente porque los grandes empresarios nunca tuvieron el prospecto o la visión de que algo generaría un retroceso en la civilización que estábamos llevando, sino que todo el tiempo el signo pesos o dolar etc, ha tenido un valor mas grande que las personas y procesos, y por eso las empresas nunca tuvieron un respaldo económico o empresarial que pudiera sostener la crisis actual, ya que juntas directivas y empresarios solo pensaban en si mismo y no en su empresas y en las personas, ahora bien esta pandemia nos deja muchas enseñanzas y una de esas es lo mencionado en este artículo «desprendernos del carácter infalible de las fórmulas en los negocios; de retomar el estado de humildad como punto de partida» lo cual se hace muy necesario en la situación actual, por lo tanto no debemos criticar a quienes ganan mucho o demasiado en algunos casos, ya que es bien sabido que los hombres y mujeres más ricos del mundo son los empresarios y que estos representan alrededor del 1% de la población mundial, lo que debe hacer y exigir como sociedad y sobre todo quienes son nuestros gobernantes, es garantizar políticas para retener la riqueza de muchos, eso implica que quienes ganen más del promedio deben tener impuestos muy altos para dos factores, uno invertir en fondos de contingencia para sus propias empresas y dos que parte de esos impuestos sea utilizados en educación, salud e investigación, ya que como en algún momento se dijo a las personas hay que educarlas y darles trabajo y no regalarles las cosas, por lo tanto el sentido de generosidad de los emprendedores se debe basar en un modelo ético, humano, profesional, económico y sostenible a largo plazo, teniendo en cuenta que todo es posible en la vida y que nada tenemos seguro por más que parezca que todo lo hemos dominado, en ese sentido estamos iniciando una nueva versión del mundo empresarial en el cual como sociedad todos debemos buscar las estrategias para reiniciar los modelos tradicionales que hemos venido haciendo como humanidad, ya que a simple vista el mundo parece haber evolucionado pero solo en procesos y tecnología, porque como seres humanos seguimos siendo los mismos de siempre una mínima parte ricos y poderosos, y la mayor parte pobres y clase trabajadora, de tal forma que en el contexto actual esperamos que todo esto por lo que estamos viviendo sea para generar un cambio en la sociedad y no para continuar como lo veníamos haciendo, Por ultimo quiero agradecerle profe por tan excelente artículo que invita a los emprendedores, profesionales, académicos y sociedad a construir un mejor futuro sobre algo que hemos perdido como sociedad que es la generosidad y la humildad-

    1. Muchas gracias Alex….excelente tu aporte!!!

  3. hsaenzburgos dice:

    Muy propicio para el momento que está pasando la humanidad hoy en dia, debemos ser generosos, todos, personas y empresas, y tratar de desprendernos de alguna parte nuestra para ayudar al prójimo.

  4. PIEDAD MORALES dice:

    Excelente, relacionado con todo lo que está aconteciendo, ahora llegó el momento de mostrar lo humano y del Ser que eres. La mayoría, egoístas y piensan sólo en sí mismo. No se desprenden de nada y menos para ayudar, ahi que pasar de la Teoría al hecho, a la Realidad. Ojalá tomen conciencia tanto Personas, Jefes que actúan mal con sus subalternos, que se creen los dueños sabiendo que un día estarán fuera de ella. Dueños de negocios y Empleados. Tomen Conciencia y pongan Corazón hacia los demás. Apoyándonos los unos con los Otros ya que somos la otra Familia, con la que pasamos más tiempo juntos y trabajando. Gracias al Dueño que emprendió un negocio hay Empleados ganando su salario para sostener a su Familia, pero gracias a la eficacia del Empleado la Empresa es Productiva y el Dueño mantiene un estilo de Vida y a su Familia. Así que es Recíproca la Gratitud. Bendiciones. Miremos cuál de todos es más Vulnerable y ayudemoslo. Acción, no intención.

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