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La Ubicuidad y el enfoque humano
La ubicuidad, nos dice la Real Academia Española – RAE, es cualidad de ubicuo o ubicua y de este término nos ofrece dos acepciones, a saber: a) dicho principalmente de Dios: Que está presente a un mismo tiempo en todas partes y, b) dicho de una persona: Que todo lo quiere presenciar y vive en continuo movimiento.
De la primera acepción diremos junto al popular autor Yuval Noah Hurari que el Homo Sapiens, en su trayectoria desde sus ancestros animales, el simio específicamente, pretende alcanzar las condiciones propias no de un único Dios sino de varios, pues gracias a los continuos progresos tecnológicos cada hombre, ex – animal, podrá estar presente, simultáneamente, en diferentes sitios, vale decir podrá exhibir la condición ubicua.
Todavía la plena condición de Dios o Dioses no le es factible al Homo Sapiens, afortunadamente, por lo que si cabe, por ahora, la segunda acepción de ubicuo de la RAE, aunque esta sea modesta en relación a la primera: limitando la ubicuidad a un deseo de presenciar y vivir en continuo movimiento.
El impacto evidente de la ubicuidad en el ámbito gerencial
En la práctica la era de la ubicuidad se perfila por debajo de la pretensión de ser como los Dioses, pero posibilita mucho más que presenciar y moverse, pues a través de la creciente digitalización la conectividad entre personas y datos es plena y está en pleno despliegue la internet de las cosas que permite, entre otras acciones, la impresión a distancia de bienes conceptualizados y diseñados en sitios distintos a donde se usarán.
Esta posibilidad tecnológica de actuar desde lo local en un ámbito global trae consigo nuevos desafíos a los gerentes de las organizaciones que se ven obligadas para sobrevivir a actuar más allá de su espacio físico donde se asientan sus cuarteles generales.
Desde las iglesias hasta las empresas lucrativas como las organizaciones que luchan por los derechos humanos o el cambio climático, se ven obligadas a tener una presencia ubicua, vale decir estar presentes en diferentes sitios dispersos geográficamente y de manera simultánea, sincrónica o asincrónicamente. En la arena mundial de la competencia económica, política y cultural, incluyendo la religiosa, si no se es capaz de estar presente globalmente deja el espacio, incluso el local, para que sea cubierto por otros no importa desde dónde estos actúen.
La era de la ubicuidad traerá dentro de sus consecuencias un incremento en la complejidad de las tareas de los gerentes y como ha ocurrido a lo largo de la historia cada desafío del ambiente que no es asumido satisfactoriamente conlleva a la sobrevivencia de unos y las desapariciones de otros.
Así ocurrió con la Revolución Industrial que permitió un salto cuántico en la productividad, convirtiéndola en el paradigma central que permitía determinar quién sobrevivía y quién moría en el mundo empresarial. A la productividad se le sumó la exigencia del paradigma de la calidad, siendo los japoneses los pioneros en armonizar estos dos términos, salvando a muchas empresas y llevando a la quiebra a otras que no lograron mantener la productividad con la calidad.
La exigencia de competitividad en los mercados pronto hizo insuficiente el binomio de la productividad y la calidad, sumándose la exigencia de producir bienes para diferentes consumidores con los mismos recursos disponibles, denominándose este nuevo paradigma la flexibilidad y tras este llegó a la mesa de trabajo de los gerentes la exigencia de la agilidad pues no se trata ahora de hacer diferentes cosas (flexibilidad) correctas (calidad) correctamente (productividad) si no se hace rápido, entendiendo por rápido primero que los competidores potenciales o existentes.
Al cuarteto de la productividad, calidad, flexibilidad y agilidad viene a incorporarse la gerencia de la ubicuidad como un quinto paradigma gerencial. Con la posibilidad de coordinar y actuar ubicuamente en un espacio global, los gerentes se ven obligados a trascender su menú de acciones para hacer distintas cosas correctas para un público consumidor muchísimo más amplio, variado y disperso
La ubicuidad ha pretendido ser captada para el mundo de las organizaciones por los especialistas de informática quienes vienen hablando por lo menos desde 19881 pero intuyo que este paradigma trasciende la estrechez de la departamentalización del conocimiento y al igual que pasó con los otros paradigmas progresivamente veremos su uso cotidiano en la jerga gerencial.
Gerenciar en ubicuidad. Todos a prepararse y no quedar en evidencia
Hay que prepararse, pues, para gerenciar la ubicuidad en el sentido de tomar decisiones desde el entorno local en donde estamos físicamente ubicados, pero sabiendo que podemos llegar con nuestros productos y servicios a diversos lugares distantes, simultáneamente.
La educación virtual, masiva sincrónica o asincrónica a la que nos ha obligado el COVID 19 es una de las modalidades que ya es pionera y cada vez es más usada por gobiernos, organizaciones y en particular por empresas que requieren estar presentes y en movimiento en la arena local e internacional.
Para ser productivo en el entorno de la ubicuidad habrá que saber cuáles son esas cosas correctas que debemos hacer para ofrecerlas a un público que tendrá oferta casi ilimitada por la interconectividad digital.
A diferencia de las empresas manufactureras que lidiaron con los desafíos de la productividad, calidad, flexibilidad y agilidad en los cuales se podían esconder los reprocesos y demás deficiencias gerenciales y organizacionales puertas adentro, en el caso de la ubicuidad al salir al aire o subir a las nubes las empresas que pretendan la ubicuidad deben demostrar su propuesta competitiva, de lo contrario demostrará en vivo y en directo sus debilidades.
Para las empresas que fracasen en la ubicuidad no hay subsidios ni aranceles que las rescaten o protejan. Garbage in, garbage out. Si basura es lo que se tiene para vender, basura se quedará sin compradores. Evitar esto pasa por la difícil respuesta a la pregunta: ¿cuáles son las cosas correctas que debo hacer correctamente, empleando los recursos actuales que me permitan perdurar competitivamente?
Si Usted cree tener una clara repuesta aproveche la ubicuidad, si no procure ubicarse.
REFERENCIAS
Ubicuidad. Rebeca Arteta y Gisell Royg
Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción
Facultad de Ciencias y Tecnología
Ingeniería Informática. 2014
http://jeuazarru.com/wp-content/uploads/2014/10/Ubicuidad.pdf
Ingeniero Industrial
(1972, Universidad de Carabobo, Venezuela)
Maestría en Administración de Empresas
(1986, Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA, Venezuela)