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Edición Nº 30 – La IA y el ser humano como factor central de la evolución
«La obligación primaria de la inteligencia es desconfiar de ella»
Stanislaw Jeay Lec
Escritor, poeta y destacado representante del aforismo polaco 1909-1996
En la actualidad estamos expuestos a los ya normales ritmos acelerados y complejos, los cuales traen consigo inclementes exigencias en cuanto a la energía y atención que debemos tener para atender y evaluar todos los elementos, variables y condiciones que se incorporan abordando la cotidianidad humana.
Comenzó el 2023 con la llegada y amplia incorporación a nivel global del ChatGPT, un actor que gana rápidamente adeptos y está generando un impacto mundial en muy pocos días. Solo en enero y según aval de importantes empresas especializadas de internet, esta aplicación de Inteligencia Artifical –IA, alcanzó 100 millones de usuarios, ocasionando debates amplios a todo nivel y estamento, creando entusiasmo a unos y hasta animadversión en otros, pero en todo caso, podemos decir que es el ejemplo más reciente de la dinámica humana actual.
Este mencionado actor de la IA, se convirtió a inicios de año y para una media de 13 millones de usuarios diarios en su ¨nuevo mejor amigo¨, siendo referencia indudable de los avances en el estudio y desarrollo de esta área digital y de cómo el humano en su intento por aprovechar las ventajas de la alta capacidad de procesamiento y del nivel abrumador de información disponible, ha creado esta alternativa para ubicar y expresar respuestas a preguntas potencialmente infinitas.
Muchas cosas creándose y llegando, todas ellas de forma acelerada y muchas veces abruptas y creando disrupción en diferentes sectores. Lo quieras o no, lo consideres correcto o no, lo veas necesario o no, sea ético o no; en la mayoría de los casos la adopción completa incluyendo entendimiento y uso, parece ser inevitable so pena de quedarte rezagado en una brecha insalvable a futuro.
Desde el punto de vista humano, todo comienzo parece generar, en la mayoría de los casos, una combinación de sensaciones y sentimientos que pueden ser aprovechados para potenciar el accionar y el cumplimiento de actividades en pro de alcanzar la meta planteada, el compromiso asumido o ese deseo anhelado.
Esto parece aplicar a varios escenarios y circunstancias, como por ejemplo la incorporación a roles laborales diferentes, el desarrollo de diversas tareas a desempeñar en nuevas responsabilidades, el emprendimiento de nuevos proyectos y mejoras de procesos, así como también relaciones y vínculos humanos o simplemente; nuevos periodos como por ejemplo el inicio de un nuevo día, de una semana o de un año.
En este momento, visualizar y entender como la IA se está incorporando en la vida diaria de todos, debe convertirse en ese comienzo de un nuevo desafío donde muchas sensaciones se entremezclan y que sin solicitarlo toca a tu puerta y te exige comportamientos específicos.
Pudiera ser previsible que la IA junto al Metaverso y la exploración del espacio extra Tierra, configuran un contexto que tendrá muchísimas consecuencias y permanente reto humano. No solo los cambios en la cotidianidad de los usuarios de estas nuevas tecnologías sino que la brecha social y cultural alcanzarán cotas inéditas a tal punto, que tendrán que coexistir en el planeta tierra dos civilizaciones una con IA y otra sin ella.
Ánimo para todos porque el crecimiento humano continúa y la tendencia global, incluyendo la IA, demanda la mejora de nuestras habilidades, el fortalecimiento de nuestros principios y la decisión de seguir siendo el elemento central de una evolución sustentable; donde predomine la moral, el entendimiento de los sentimientos de empatía y solidaridad, la ponderación del bien, el análisis crítico y todo aquel aspecto completamente humano, donde el robusto «performance» de lo tecnológico y su gigante capacidad de procesamiento no podrán emularnos.
Foto de julien Tromeur en Unsplash
MBA – IESA
Negocios Internacionales – IE
Business Consultant
Emprendedor