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Con motivo de la ansiada recuperación económica que se espera o se busca a raíz de la abrupta presencia disruptiva del COVID 19, se ha propuesto especular a cuál letra del alfabeto se asemejará más esta recuperación.
Unos plantean que será bajo el signo de la “V” en la cual tras la caída se produce un repunte, otros, pronostican que esa recuperación no será sostenible por lo que habrá una nueva caída y tras esta se producirá el repunte, asemejándose a una “W”.
Hay, también, quienes pronostican que el patrón será parecido al de una “U” en el cual hay un periodo de estancamiento antes de producirse la recuperación. Otros, no muy optimistas, por cierto, señalan a la “L” como el patrón en donde no hay en el horizonte recuperación alguna sino prolongado estancamiento.
Se ha agregado al elenco de patrones usando letras del alfabeto la “K” para indicar que habrá tanto recuperación como caída en los indicadores gruesos de la economía.
http://articulosclaves.blogspot.com/2020/09/recuperacion-en-forma-de-k-segun-jp.html
Según el Banco Mundial el PIB del mundo se contrajo en un 3,5 por ciento (3,5%) en el 2020 y pronostica un crecimiento del 5,6 por ciento (5,6%) para el 2021 Global Eco omicd Prospects-June 2021 apoyándose este guarismo en China (8,5) India (8,3) EEUU (6,8) y sorprendentemente agrega el Banco Mundial a Argentina entre los países con mayores expectativas de crecimiento del PIB con un 6,4.
Después de este cuarteto, aparecen en los pronósticos para el 2021 México y Turquía con 5,0 por ciento, evidenciando que la recuperación está altamente concentrada en países emergentes, salvo EEUU que destaca entre los países desarrollados en el repunte esperado.
Tal concentración sugiere que la era post COVID 19 será mucho más desigual que la era previa, pues el mundo desarrollado está severamente afectado por la crisis económica y en el mundo en desarrollo los países pobres serán más pobres y los que habían avanzado algo ven ahora sepultadas sus aspiraciones de mejoría. Los problemas de pobreza y con ello sus concomitantes como emigración, inestabilidad política, disturbios sociales, etc. estarán repuntando en los meses y años por venir, tal y como ya los observamos en muchos países, verba y gracia Colombia.
Según el patrón K habrá países que crecerán en la recuperación post COVID 19, como China y EEUU, mientras que habrá otros que decrecerán. Unos pertenecerán al lado superior de la “K” y otros al inferior, correspondiendo este a una sorprendente cantidad de países, pues a los ya países con pobreza estructural se le suman países, incluso desarrollados, que ahora exhiben porciones significativas de sus poblaciones en condiciones de pobreza.
Si bien el efecto del COVID 19 en la instauración del patrón “K” es ostensible, no podemos decir que es inédito este patrón en la historia moderna del mundo. Es perfectamente especulable que la Revolución Industrial trajo un patrón K pues su irrupción conllevó al crecimiento de numerosos sectores y países que adoptaron las técnicas nuevas de producción en masa, pero, simultáneamente, se produjo la caída del empleo y valor de la producción de sectores económicos como la producción artesanal que no pudieron competir con la nuevas tecnologías. Países que tardaron en adoptar la Revolución Industrial quedaron rezagados creándose la desigualdad que no ha podido cerrarse pues las dinámicas sociales, políticas pero también las tecnológicas han impuestos ritmos diferentes, tornándose cada vez más compleja la aspiración de un mundo sin brechas.
El COVID 19 vino a “aguar la fiesta” en la cruzada por los objetivos de desarrollo sostenibles que tenían al año 2030 como un hito para acabar con la pobreza. Sin querer queriendo el COVID 19 tendrá su mayor impacto no tanto en la salud pública, que ya de por si es grandísimo y aun constituye un asunto no resuelto, sino que su mayor impacto está en el obligado reseteo del modus vivendis de la humanidad.
El desmadre de la pobreza, aun en países desarrollados, amenaza hacer añicos incluso instituciones que se tenían como útiles para mantener bajo control la desigualdad que trae la pobreza. Me refiero a instituciones como la caridad presente en todas las religiones o el llamado bienestar social a que toda sociedad y sus gobiernos se sentían obligados a construir. Y también las instituciones del empleo tal y como lo conocíamos desde la Revolución Industrial hasta el COVID 19, reclaman una nueva conceptualización.
Teletrabajo, trabajo productivo, trabajo para jóvenes, trabajo para adultos, productividad laboral, acumulación y reproducción de capital, entre otras categorías están esperando por nuevas definiciones y nuevos consensos, siendo optimistas en abrigar esperanzas de que la humanidad sabrá resetear su modus operandi y construir una nueva esperanza.
¿Quién iba a creer que un virus iba a desencadenar una nueva revolución con impactos de 360 grados en todos los órdenes de nuestra cotidianidad?.
REFERENCIA
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_795453.pdf
https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/35647/9781464816659.pdf
Imagen: http://articulosclaves.blogspot.com/2020/09/recuperacion-en-forma-de-k-segun-jp.html
Ingeniero Industrial
(1972, Universidad de Carabobo, Venezuela)
Maestría en Administración de Empresas
(1986, Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA, Venezuela)